Ser un miembro bautizado y en regla dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día es más que una afiliación religiosa; representa un compromiso total con Dios, la fe y la comunidad. Esta identidad no solo conlleva responsabilidades, sino también bendiciones al vivir en armonía con los principios del evangelio y la misión de la iglesia.
El significado del bautismo
El bautismo es un acto de fe y obediencia que simboliza la decisión personal de seguir a Cristo. Según la enseñanza bíblica, el bautismo es una declaración pública de un nuevo nacimiento espiritual, evidenciando el arrepentimiento y la aceptación de Jesús como Salvador personal. Dentro de la Iglesia Adventista, el bautismo implica:
- La confirmación de la fe en Dios y su Palabra como la máxima autoridad sobre la vida cristiana.
- La renuncia al pecado y la disposición de vivir según los principios bíblicos.
- La incorporación formal a la iglesia como parte activa de la comunidad de creyentes.
Este acto solemne ocurre generalmente después de un proceso de enseñanza y estudio de la Biblia, donde la persona bautizada comprende las doctrinas fundamentales de la iglesia, tales como:
- La Creación y el propósito divino para la humanidad.
- La salvación por gracia mediante la fe en Cristo.
- El retorno de Jesús como esperanza central de la fe adventista.
- La observancia del sábado como día de descanso y adoración.
- El llamado a una vida de servicio y testimonio cristiano.
En esencia, el bautismo marca el inicio de una nueva vida en Cristo, en la que el creyente se compromete a vivir en fidelidad a la enseñanza bíblica y a participar activamente en la obra de Dios.
El significado de estar en regla
Ser un miembro «en regla» dentro de la Iglesia Adventista implica un estilo de vida comprometido con los principios del evangelio y con la comunidad de fe. Esto significa que la persona:
- Mantiene una comunión constante con Dios a través del estudio diario de la Biblia y la oración.
- Participa activamente en la vida de la iglesia, asistiendo regularmente a los servicios y contribuyendo con sus dones y talentos.
- Sigue un estilo de vida coherente, reflejando valores cristianos como la honestidad, la humildad y el respeto por los demás.
- Sostiene la misión de la iglesia, colaborando en actividades evangelísticas y en proyectos de servicio social.
Además, estar en regla implica también aspectos organizativos dentro de la comunidad adventista:
- Registro oficial como miembro de una congregación y actualización de datos en la iglesia local.
- Participación en reuniones administrativas, especialmente si la persona tiene un rol de liderazgo.
- Cumplimiento de compromisos financieros como diezmos y ofrendas, entendidos como actos de gratitud y apoyo a la obra de Dios.
Un miembro en regla disfruta de los privilegios dentro de la iglesia, incluyendo la posibilidad de participar en ministerios, votar en decisiones importantes de la congregación y representar a la iglesia en diversas funciones. Más allá de los aspectos administrativos, el estatus de miembro en regla es ante todo una evidencia del crecimiento espiritual y del compromiso genuino con Dios y su obra.
Las bendiciones y responsabilidades de ser parte de la Iglesia
Formar parte de la Iglesia Adventista no es solo un privilegio, sino también un llamado a vivir con propósito. Un miembro bautizado y en regla tiene el deber de:
- Ser un testimonio vivo de la fe en Cristo, reflejando amor, paciencia y dedicación en su vida cotidiana.
- Servir a los demás, contribuyendo activamente al bienestar de la comunidad y ayudando a quienes lo necesiten.
- Fomentar el crecimiento espiritual, tanto personal como en la iglesia, a través del estudio y la enseñanza de la Palabra de Dios.
- Proteger la unidad de la iglesia, promoviendo la armonía, el respeto y la colaboración entre los hermanos en la fe.
Sin embargo, también hay bendiciones asociadas con esta identidad:
- El apoyo de una comunidad de fe, donde cada miembro encuentra ánimo y fortaleza en tiempos difíciles.
- El crecimiento espiritual continuo, impulsado por el estudio bíblico, la oración y la participación en actividades de la iglesia.
- La seguridad en la esperanza cristiana, sabiendo que la vida en Cristo tiene propósito y significado, con la promesa de la vida eterna.
En definitiva, ser un miembro bautizado y en regla dentro de la Iglesia Adventista no es solo una afiliación, sino un compromiso genuino con el llamado de Dios. Es vivir en fidelidad, en servicio y en esperanza, esperando el glorioso día en que Cristo vuelva por su iglesia.
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